lunes, 14 de mayo de 2012

La solución


-Últimamente te veo un poco triste-dijo.
-¿Ah, si?Es posible-dije.
-Seguro que por la noche le das demasiadas vueltas a las cosas-dijo-.Yo,de noche,dejo de pensar.
-¿Y cómo lo logras?
-Cuando parece que voy a deprimirme, empiezo a hacer la limpieza sin pensar en nada.Aunque sean, por ejemplo,las dos o las tres de las madrugadas, lavo todos los platos sin dejarme uno, limpio el horno, paso un paño por el suelo de la casa, blanqueo los trapos, ordeno los cajones, plancho todas las camisas del armario-me contaba removiendo el hielo del vaso con la punta de un dedo-.Y, una vez que estoy agotado, me tomo una copa, sólo una, y me duermo.Muy sencillo.Por la mañana, cuando, al levantarme, me pongo los calcetines, ya lo he olvidado todo.Ni siquiera recuerdo en que estaba pensando.

Murakami, Haruki; "Sauce ciego, mujer dormida"

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