lunes, 14 de mayo de 2012

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Desde que murió mi perro, empecé a pasar mucho tiempo encerrado en mi habitación, leyendo. Y es que el mundo de los libros me parecía mucho más real que el mundo que me rodeaba. Allí se abrían paisajes que  jamás había visto. Los libros y la música se convirtieron en mis mejores amigos. En la escuela también tenía algunos buenos amigos,pero jamás encontré a uno a quien pudiera hablarle con el corazón en la mano. Cada día, cuando nos veíamos, charlábamos, jugábamos al fútbol. Pero sólo eso. Cuando tenía problemas, no se los contaba a nadie. Pensaba por mi cuenta, sacaba mis propias conclusiones y actuaba solo. Pero no sentía la soledad. Creía que eso era lo normal. Que los seres humanos, al fin y al cabo, deben seguir su camino solos.

Murakami, Haruki;"Sputnik, mi amor"

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