jueves, 6 de septiembre de 2012
Thoreau
Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.
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No dije nada. El silencio que nos unía llenaba diversos resquicios vacíos. Las diferentes aves marinas cruzaban chillando el cielo sin nubes, y en el café el camarero de siempre servía bebidas con cara somnolienta.
Myû reflexionó unos instantes con los labios firmemente apretados. Luego dijo:
—¿No me odias?
—¿Porque Sumire haya desaparecido?
—Sí.—¿Y por qué habría de odiarte?
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