jueves, 17 de mayo de 2012

Quiero ser mas fuerte

—Debes de querer ser más fuerte, imagino.
—Si no eres fuerte, no puedes sobrevivir. Particularmente en mi caso.
—¿Porque estás solo?
—Nadie va a ayudarme. Al menos hasta ahora nadie me ha ayudado. He tenido siempre que apañármelas por mí mismo. Así que debo ser fuerte. Como un cuervo abandonado. Por eso me he puesto el nombre de Kafka. Porque Kafka, en checo, significa cuervo.

—¡Caramba! —exclama ella con cierta admiración—. Así que tú eres cuervo.
— Sí, en efecto —digo.
Sí, en efecto —dice el joven llamado Cuervo.
—Pero esa forma de vida tiene sus límites. No puedes utilizar esa fuerza para levantar una muralla a tu alrededor. Con la fuerza sucede lo siguiente: que siempre puede venir alguien más fuerte que tu y derribarla. Es lo que suele ocurrir.
—Es que la fuerza acaba convirtiéndose en fortaleza moral.
La señora Saeki sonríe.
—Eres muy rápido en captar las cosas. 
Entonces yo digo:
Lo que yo deseo, la fuerza que yo busco, no es aquella que lleva a ganar o a perder. Tampoco quiero una muralla para repeler fuerzas que lleguen del exterior. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de recibir todo cuanto proceda del exterior resistirlo. Fortaleza para resistir en silencio cosas como la injusticia, infortunio, la tristeza, los equívocos, las incomprensiones.
—Posiblemente sea ésa la fuerza más difícil de alcanzar. 
—Ya lo sé.


Murakami, Haruki; "Kafka en la orilla"

No hay comentarios: