jueves, 17 de mayo de 2012

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Pero esta calma no durará mucho y tú lo sabes. Esto te perseguirá hasta el infinito como una bestia incansable. Ellos llegan hasta la profundidad de los bosques. Son fuertes, obstinados y crueles, no conocen ni el cansancio ni la renuncia. Aunque te hayas reprimido las ganas de masturbaste, pronto lo harás en una polución nocturna.
Y, en el sueño, quizás acabes violando a tu verdadera hermana o a tu madre. Porque tú eso no puedes controlarlo. Porque es algo que excede a tus fuerzas. Y lo único que puedes hacer es aceptarlo.
Temes a la imaginación. Y a los sueños más aún. Temes a la responsabilidad que puede derivarse 
de ellos. Pero no puedes evitar dormir. Y si duermes, sueñas. Cuando estás despierto, puedes refrenar, más o menos, la imaginación. Pero los sueños no hay manera de controlarlos...


Mirakami,Haruki; "Kafka en la orilla"

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