lunes, 6 de agosto de 2012

Walden II

Observen como se acobarda y se escurre, como todo el día siente un temor vago, como no es inmortal ni divino, sino esclavo y prisionero de la propia opinión que tiene de si mismo, una fama que se gano por sus propias acciones.La opinión publica es apenas un debil tirano comparada con nuestra propia opinión personal.Lo que un hombre piensa de si mismo es lo que determina, o casi señala, su destino.

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