miércoles, 8 de febrero de 2012

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Mari calla.El hombre , cuchillo y tenedor en mano, tiene la mirada clavada en un punto del espacio, sobre la mesa, mientras reflexiona.
Y habla.
-Una vez leí ka historia de tres hermanos a los que una corriente de agua arrastró hasta una isla de Hawai.Es un mito.Uno muy antiguo.Lo leí cuando era pequeño y no me acuerdo de todos los detalles, pero la cosa iba así.Tres hermanos salieron a pescar, zozobraron por culpa de una tormenta y flotaron mucho tiempo a la deriva hasta que fueron arrojados por las olas a la playa de una isla deshabitada.Era una isla muy hermosa, con muchas palmeras, con arboles cargados de frutos y una montaña altísima irguiéndose en el centro de la isla.Aquella noche, un dios se apareció en sueños a los tres hermanos y les dijo:"En la playa, un poco mas allá, encontrareis tres grandes rocas redondas.Empujadlas hasta donde queráis.Y allí donde os detengáis sera donde viviréis.Cuando mas arriba subáis, tanto mas lejos alcanzareis a ver el mundo.Decidid vosotros hasta donde queréis llegar".
El hombre bebe un sorbo de agua y hace una pausa.Mari pone cara de indiferencia, pero escucha la historia con atención.
-¿Lo has entendido hasta aquí?
Mari hace un pequeño gesto de asentimiento.
-¿Quieres oír como sigue?Es que, si no te interesa, me callo.
-Si no se alarga mucho.
-No.Es una historia bastante simple.
Tras tomar otro sorbo de agua, reemprende el relato.
-Tal como les ha dicho el dios, los tres hermanos encuentran tres grandes rocas en la playa-Y tal como les ha dicho el dios que hagan, empiezan a empujarlas.Las rocas son muy grandes y pesadas, cuesta mucho moverlas, y ademas hacerlas rodar pendiente arriba es terriblemente duro.El hermano es el primero en dejar oír su voz."Hermanos", dice, "A mi ya me parece bien este lugar.Esta cerca de la orilla y aquí podre pescar. Tendré suficiente para vivir.No me importa que mis ojos no alcancen a ver el mundo en toda su magnitud."Los otros dos hermanos siguieron avanzando.Pero, al llegar a media montaña, el segundo hermano dejo oír su voz."Hermano, a mi ya me parece bien este lugar. Aquí hay fruta en abundancia y tendré suficiente para vivir.No me importa que mis ojos no alcancen a ver el mundo en toda su magnitud."El hermano mayor siguió avanzando por la cuesta.El camino era cada ves mas estrecho y escarpado, pero el no flaqueo.Tenia un carácter muy perseverante y deseaba ver el mundo en toda su magnitud. Así que siguió empujando la roca hasta la extenuación.Tardo meses, casi sin comer ni beber, en arrastrar la roca hasta la sima de la montaña.Una vez allí, se detuvo y contemplo el mundo.Alcanzaba a ver mas lejos que nadie. Allí era donde viviría en lo sucesivo.En aquel lugar no crecía la hierba, ni tampoco volaban los pájaros.Para beber, solo podía lamer el hielo y la escarcha.Para comer, solo podía mordisquear el musgo.Pero el no se arrepintió.Porque podía contemplar el mundo entero...Y por eso, todavía ahora, hay una enorme roca redonda en la cima de la montaña de aquella isla de Hawai.Esa era la historia.
Silencio.
Mari pregunta:
-¿La historia tiene alguna moraleja, o algo por el estilo?
-Moralejas, yo diria que tiene dos.Una-dice el alzando un dedo-,que todos somos distintos.Incluidos los hermanos.Y la otra-dice alzando un segundo dedo-,que si realmente quieres saber algo, tienes que pagar un precio por ello.


"After Dark" Haruki Murakami

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